Relato de un erasmus...
Después de pasar por mi primer bajón preerasmus... ¿A qué coño me voy yo a la conchinchina teniendo todo lo que quiera aquí? ¿Y si suspendiera Rayos adrede y me pasara un año semisabático y viajando a mi aire? Un ser desconocido me ha ayudado a ver que sí, que realmente me quiero ir de erasmus!! Gracias por ese subidón, subidón! jeje.
"Lo que comienza como una forma fácil (y barata) de viajar, acaba convirtiéndose en un lazo de unión entre personas, amigos y amigas de diferentes nacionalidades que por no tener en común no tienen ni el idioma... y al final te das cuenta que no es necesario hablar una misma lengua para entenderse a la perfección.
Lo que para mí supuso la oportunidad de estudiar en Londres durante nueve meses nadie lo sabe ni lo sabrá jamás aunque lo hayan vivido. Lo que pueden intuir esas personas que han tenido una experiencia similar a la mía es la sensación de libertad; saber que nadie te conoce y que puedes hacer infinidad de cosas que antes no hacías, puedes comer a la hora que tengas hambre y no tienes que comer a la hora de comer sin hambre, puedes levantarte a la hora que quieras y no tienes que dar explicaciones a nadie. Por otro lado, aprender a controlar lo que gastas y apuesto a que más de uno hemos seguido fumando lo mismo o más a pesar de nuestra mala economía.
Aprendes a echar de menos a las personas, como a tus padres, que siempre han estado a tu lado desde que te levantas hasta que te acuestas... Aprendes a decirles cosas que jamás les habías dicho y aprendes a pensar de otra forma. Aprendes a sentir, aprendes a conocerte, aprendes a conocer, aprendes a escuchar... aprendes a vivir de otra forma con otra gente con la que, en un principio, no tenías nada en común... Aprendes que la palabra lejos no existe y que no hay ni una sola barrera en tu vida... y que si las hay, las superas sin problema. En definitiva, aprendes a vivir y a ser mejor persona.
Cuando todo ha pasado es cuando dices que volverías a hacerlo; por muy desastrosa que haya sido la experiencia siempre volvemos a caer (somos humanos, no?). Pero nos aterroriza tanto el futuro y pensamos tanto en el pasado que es entonces cuando se nos escapa el presente. Yo volvería a irme de Erasmus, está claro... no me iría por pasar un año sin hacer nada... me iría por todas y cada una de las sensaciones que he experimentado en un período de 9 meses: sensaciones buenas, menos buenas y malas, por supuesto (de lo malo es de lo que más se aprende).
[...]
Y de repente, te enfrentas a tu primer reto: una clase llena de gente que se conoce y que tú eres la única desconocida. Todo el mundo te mira al entrar y tú sales del paso, cómo no, bajando la cabeza y sentándote en la silla más cercana a la puerta y más lejana a la gente. Llegas a casa y lloras mientras piensas quién te mandaría haber arriesgado la vida que tenías donde vivías una y otra vez. Y cuándo te das cuenta, tienes que volver a casa por Navidad... y estando allí unos días, te das cuenta de que quieres volver.
[...]
Ves a las chicas que iban contigo a la facultad en España, con las cuales no habías cruzado ni media palabra porque no las conocías y hablas con ellas como si las conocieras de hace años. Conoces gente diferente y te das cuenta de que cada persona tiene sus problemas, aprendes a escuchar y... te haces más fuerte. Al principio deseabas que pasaran los días para volver a casa, al cabo de los meses deseas que no pasen los días para volver.
Hasta que, de repente, conoces a alguien que te hace ser única. Alguien que te sonríe cada vez que le miras, que te mira cada vez que le hablas y que te habla cada vez que le escuchas... Alguien que te hace reír, que te hace llorar, que te quita el sueño, que te da qué pensar... alguien con quien aprendes que disfrutar no es sólo reír, sino también llorar y hablar.
Todo tiene su parte agradable y su parte áspera. Y me gustaría dejar constancia de esto, porque sé que cuando llegue a España alguno me dirá que he pasado un año de vacaciones no todo ha sido alegre. No creo que estar fuera de tu entorno tanto tiempo sea fácil sobre todo en algunos momentos como éste, cuando llega la hora de marcharte. Imaginaos qué sería una vida sin dificultades y siempre caminando cuesta abajo sería horrible. No creo que sea bueno para una persona que se lo den todo hecho, en parte porque precisamente es al hacer las cosas cuando aprendemos, y cuando nos realizamos.
[...]
Es muy típico decir eso de no os olvidaré nunca, verdad? Bueno, se supone que la vida está formada de etapas y vosotros, todos y cada uno de vosotros, habéis formado parte de una etapa muy importante de mi vida porque de todos he aprendido algo... no sólo habéis sido mis colegas de fieki sino que también habéis sido mis amigos y mi familia durante nueve meses. No diré que no os olvidaré porque eso lo dice todo el mundo y ese simple hecho ya me hace echarme para atrás... pero sí diré que os voy a echar mucho de menos.
Por cierto... he aprendido a quereros mucho.
Gracias por todo, de verdad. "
"Lo que comienza como una forma fácil (y barata) de viajar, acaba convirtiéndose en un lazo de unión entre personas, amigos y amigas de diferentes nacionalidades que por no tener en común no tienen ni el idioma... y al final te das cuenta que no es necesario hablar una misma lengua para entenderse a la perfección.
Lo que para mí supuso la oportunidad de estudiar en Londres durante nueve meses nadie lo sabe ni lo sabrá jamás aunque lo hayan vivido. Lo que pueden intuir esas personas que han tenido una experiencia similar a la mía es la sensación de libertad; saber que nadie te conoce y que puedes hacer infinidad de cosas que antes no hacías, puedes comer a la hora que tengas hambre y no tienes que comer a la hora de comer sin hambre, puedes levantarte a la hora que quieras y no tienes que dar explicaciones a nadie. Por otro lado, aprender a controlar lo que gastas y apuesto a que más de uno hemos seguido fumando lo mismo o más a pesar de nuestra mala economía.
Aprendes a echar de menos a las personas, como a tus padres, que siempre han estado a tu lado desde que te levantas hasta que te acuestas... Aprendes a decirles cosas que jamás les habías dicho y aprendes a pensar de otra forma. Aprendes a sentir, aprendes a conocerte, aprendes a conocer, aprendes a escuchar... aprendes a vivir de otra forma con otra gente con la que, en un principio, no tenías nada en común... Aprendes que la palabra lejos no existe y que no hay ni una sola barrera en tu vida... y que si las hay, las superas sin problema. En definitiva, aprendes a vivir y a ser mejor persona.
Cuando todo ha pasado es cuando dices que volverías a hacerlo; por muy desastrosa que haya sido la experiencia siempre volvemos a caer (somos humanos, no?). Pero nos aterroriza tanto el futuro y pensamos tanto en el pasado que es entonces cuando se nos escapa el presente. Yo volvería a irme de Erasmus, está claro... no me iría por pasar un año sin hacer nada... me iría por todas y cada una de las sensaciones que he experimentado en un período de 9 meses: sensaciones buenas, menos buenas y malas, por supuesto (de lo malo es de lo que más se aprende).
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Y de repente, te enfrentas a tu primer reto: una clase llena de gente que se conoce y que tú eres la única desconocida. Todo el mundo te mira al entrar y tú sales del paso, cómo no, bajando la cabeza y sentándote en la silla más cercana a la puerta y más lejana a la gente. Llegas a casa y lloras mientras piensas quién te mandaría haber arriesgado la vida que tenías donde vivías una y otra vez. Y cuándo te das cuenta, tienes que volver a casa por Navidad... y estando allí unos días, te das cuenta de que quieres volver.
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Ves a las chicas que iban contigo a la facultad en España, con las cuales no habías cruzado ni media palabra porque no las conocías y hablas con ellas como si las conocieras de hace años. Conoces gente diferente y te das cuenta de que cada persona tiene sus problemas, aprendes a escuchar y... te haces más fuerte. Al principio deseabas que pasaran los días para volver a casa, al cabo de los meses deseas que no pasen los días para volver.
Hasta que, de repente, conoces a alguien que te hace ser única. Alguien que te sonríe cada vez que le miras, que te mira cada vez que le hablas y que te habla cada vez que le escuchas... Alguien que te hace reír, que te hace llorar, que te quita el sueño, que te da qué pensar... alguien con quien aprendes que disfrutar no es sólo reír, sino también llorar y hablar.
Todo tiene su parte agradable y su parte áspera. Y me gustaría dejar constancia de esto, porque sé que cuando llegue a España alguno me dirá que he pasado un año de vacaciones no todo ha sido alegre. No creo que estar fuera de tu entorno tanto tiempo sea fácil sobre todo en algunos momentos como éste, cuando llega la hora de marcharte. Imaginaos qué sería una vida sin dificultades y siempre caminando cuesta abajo sería horrible. No creo que sea bueno para una persona que se lo den todo hecho, en parte porque precisamente es al hacer las cosas cuando aprendemos, y cuando nos realizamos.
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Es muy típico decir eso de no os olvidaré nunca, verdad? Bueno, se supone que la vida está formada de etapas y vosotros, todos y cada uno de vosotros, habéis formado parte de una etapa muy importante de mi vida porque de todos he aprendido algo... no sólo habéis sido mis colegas de fieki sino que también habéis sido mis amigos y mi familia durante nueve meses. No diré que no os olvidaré porque eso lo dice todo el mundo y ese simple hecho ya me hace echarme para atrás... pero sí diré que os voy a echar mucho de menos.
Por cierto... he aprendido a quereros mucho.
Gracias por todo, de verdad. "
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